No tengo duda de que Dios me habla a través de su palabra. Le doy gracias por esa fe que tengo en Cristo Jesús, la cual es también un regalo de parte de él. Pues en el vivo, me muevo e inclusive respiro. Lo interesante de este caminar en Cristo, es que no solo he llegado a la posición de su hijo, si no que tengo la seguridad que permaneceré, y un día no muy lejano, cuando Cristo regrese o cuando él me llame a mi morada celestial tendré no solo el lugar, preparado para mí, sino que recibiré cada promesa expresada con detalle en la escritura. ¿mientras eso llega qué hago? Como Gedeón y sus 300 valientes, cansado, pero todavía persiguiendo. También reconocer que las mismas dificultades de la vida, la realidad de un mundo caído, un enemigo que aunque vencido continua luchando y mi propia naturaleza pecaminosa me recuerdan que así como el oro y la plata se prueban con fuego, mi vida es probada constantemente con el quehacer diario. Al ser probado y aprobado en Cristo se va cumpliendo esa maravillosa promesa que he tomado muy personal: El que empezó TAN Buena obra en mí, la perfeccionara hasta el día de Jesucristo. Por eso vivo agradecido y feliz. Simplemente mi petición es Señor ayúdame a creer y a seguir creyendo, quiero que se cumpla en mi la realidad de que debo ser como niño para poder entrar en el reino de los cielos, lo cual llego a su umbral siendo obediente y reconociendo el gobierno y la soberanía de Dios sobre mi vida. Hoy te doy gracias por todo y en todo. Dame ese contentamiento que expresa el apóstol pablo “he aprendido a estar satisfecho…”
Chula Vista, CA.
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