Friday, February 17, 2012

El Libro de los Hechos

En mi plan de lectura diaria hoy concluí con el Libro de los Hechos; en verdad no sé cuantas veces lo he leído, que recuerde en mi caminar Cristiano al menos dos veces se me ha enseñado en series completas sobre el este libro de la Biblia. Sin embargo se cumple lo que dice en hebreos 4:12 “Ciertamente, la palabra de Dios es poderosa …” nuevamente el Señor ha puesto en mi corazón una confirmación de la importancia del quehacer misionero de todo creyente, a través de la vida del Apóstol Pablo y de todos aquellos Apóstoles (verdaderos) y discípulos que en completa obediencia y a través de sufrimientos y persecución iniciaron la expansión de la Iglesia en el primer siglo.

El último pasaje en Hechos 28:31 “con toda libertad anunciaba el reino de Dios, y enseñaba acerca del Señor Jesucristo sin que nadie se lo estorbara” … aunque el Apóstol estaba preso en Roma, “… nadie de lo estorbaba …” Hoy no tenemos pretexto, gozamos de completa libertad, tenemos a nuestra disposición los recursos del siglo XXI y sobre todo la llenura y el poder del Espíritu Santo, mismo poder que hizo posible lo que el médico Lucas relata con destreza y detalle en este hermoso libro histórico del Nuevo testamento.

Personalmente, me hubiera gustado que Lucas continuara dándonos mas destalles de cómo vivió el Apóstol cada uno de esos días de sus dos últimos años. Sin embargo la intención del autor es simplemente concluir que le pareció bien al Espíritu Santo dirigir e intervenir en cada situación para que se cumpliese Hechos 1:8 “y recibirán poder y serán mis testigos …” Para nosotros como herederos y responsables de esta promesa e instrucción, simplemente nos queda ejercer en nuestro tiempo, nuestro medio y a de la forma más efectiva y eficiente continuar anunciando el reino de Dios y enseñar acerca del Señor Jesucristo hasta que el regrese.

En el libro de los Hechos fuera de los números que Lucas da en el derramamiento del Espíritu Santo y la primera predicación de Pedro, no hay detalles del número de convertidos en cada ciudad que se fue estableciendo una Iglesia; Lo importante es que había fruto en medio de adversidad y dificultades, había cambios (transformación) en la vida de aquellos cuyas vidas eran impactadas por el mensaje de Jesús y en cada Iglesia había pastores (Ancianos, presbíteros y obispos términos que se usan para indicar personas que cuidaban de los hermanos y los instruían en el camino) … Entonces, nosotros simplemente sigamos este ejemplo y confiemos que el crecimiento lo da el Señor.

Hoy podemos repetir con seguridad y confianza la oración que nos instruye el Señor Jesús en Lucas 10:2 “Es abundante la cosecha, pero son pocos los obreros. Pídanle por lo tanto al Señor de la cosecha que mande obreros a su campo”

Sigamos entonces con gratitud y celo misionero desarollando y escribiendo los capítulos subsecuentes del Libro de los Hechos.

Jorge L. Garcia, Pastor
Chula Vista, CA.

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