Monday, January 18, 2010

Palabras de la Tia Silvia, Respecto a Gabriel

Enero 18, 2010

Señor, Te doy gracias por la vida de Gabrielito y por los anos que nos lo prestaste. Fue una bendición tenerlo como parte de nuestra familia y de nuestra vida pues la enriqueció y nos dio muchos momentos de gozo y felicidad. Me duele mucho no tenerlo aquí, pero se que esta mejor allá contigo, alabándote y regocijándose contigo todos los días. El dolor es muy grande, pero por grande que sea es mejor haber disfrutado de su compañía durante estos anos que no haberlo tenido nunca.
Enséñanos como vivir sin el, honrándote a ti primeramente y haciendo nuestra parte para que su recuerdo se mantenga vivo y que nos sirva de inspiración para vivir sirviéndote y obedeciéndote siempre.
Ayúdanos a buscar en la vida de Gabrielito las lecciones y mensajes que Tú quieres transmitirnos y que a su vez los pasemos a otros. Permite que las experiencias y ejemplos que dejo, así como los sufrimientos que enfrento, nos inspiren para renovar nuestras fuerzas y entusiasmo para responder a nuestras responsabilidades y continuar, de ser posible, las tareas y obras que el dejo inconclusas, trabajando en las metas y sueños que el manifestó. Que sus inquietudes nos inspiren a luchar con más fuerza por trabajar en Tu obra, alcanzar naciones en donde no te conocen aun, que los niños y jóvenes se desarrollen en ambientes saludables, que haya conciencia hacia esas terribles enfermedades como la leucemia y que crezca el deseo de ayudar a aliviar el dolor de otros. Pon en nuestros corazones el deseo de extender nuestras manos y corazones hacia las personas y familias que enfrentan las enfermedades y pérdidas de sus seres queridos.
Señor, danos la capacidad y el deseo de actuar para no quedarnos sentados sumidos en nuestro dolor, pero utiliza este dolor como una fuerza motivante para realizar obras de incalculable valor en servicio de nuestros semejantes. Indícanos que, como, donde…

Hay tantas cosas que quisiera escribir acerca de Gabriel. Mi memoria no es buena y los detalles se me escapan. Como quisiera haber grabado cada conversación y guardado cada detalle como un tesoro sin precio. Pero aquí hay una lección para todos: aprendamos a atesorar esos detalles que hacen preciosas las relaciones que tenemos con aquellos que amamos.
Gabrielito era observador y cauteloso. El captaba minuciosamente todo lo que había a su alrededor, personas, actitudes, objetos, y jamás se arriesgaba a hacer algo hasta que no estaba seguro del terreno que pisaba. Esa capacidad de observación también la manifestaba en el dibujo. Recuerdo unas escenas que dibujaba cuando era pequeño (no recuerdo la edad), trabajaba con persistencia añadiéndoles hasta los mas mínimos detalles.
Le doy gracias a Dios porque me permitió pasar bastante tiempo con el durante su enfermedad y pudimos profundizar y estrechar nuestra relación sobrino/tía. Me confiaba sus dudas y temores y me platicaba sus experiencias y luchas aunque siempre estaba pendiente de no darme mucho trabajo. Muchas de las veces, no tenia ganas de hablar o se sentía bastante mal, yo me sentaba a su lado y aprovechaba el tiempo para orar y simplemente estar cerca de el.
Me gusto mucho ver que a través de la experiencia de estudiar fuera de casa manifestó un espíritu emprendedor y ser buen administrador de lo que ganaba. También, después de convivir con su hermano en Phoenix, ambos pudieron dejar a un lado la rivalidad fraternal. Me toco estar en el hospital un día que Jorgito llego con la comida. El menú incluía pierna de pavo que Gabriel devoro con el gusto con que siempre disfrutaba la comida.
A veces recuerdo otros detalles y anécdotas de Gabriel, pero tal vez las vaya escribiendo poco a poco. Ahorita lo importante es que ahorita quisiera que su recuerdo sirva para impulsarnos a hacer algo.

Hoy en mi devocional, el Señor me dio una pauta. En la lectura de hoy, relatan el caso de un joven negro, Emmet Till, que fue asesinado en 1955, cuando aun existía mucha segregación en el sur de los Estados Unidos. Después del veredicto en donde declararon inocentes a los acusados del crimen, su madre dijo: “Hace dos meses, tenia un bonito apartamento en Chicago, un buen trabajo, un hijo. Cuando algo les sucedía a los negros en el sur, yo decía: ‘Es asunto de ellos, no mío’. Ahora se que estaba equivocada. El asesinato de mi hijo me mostró que lo que le sucede a cualquier persona, en cualquier parte del mundo, nos incumbe a todos.” En Levítico 19:18 nos dice: “Amaras a tu prójimo como a ti mismo”. El Señor Jesús también uso este versículo (Mateo 22:39; Lucas 10:25-37) El nos indica que el amor a quienes nos rodean no tiene limites. Prójimo no se refiere solo a los vecinos, sino a cualquiera que tenga necesidades. Debemos ocuparnos de los demás como nos ocupamos de nosotros mismos. Amar a nuestro prójimo significa identificarnos con la persecución, el sufrimiento y las injusticias que padecen los otros seres humanos. (Nuestro Pan Diario).

Tal vez hoy debemos retomar algunos de los puntos que quedaron inconclusos y decir como la mama de Emmet que hay cosas que nos incumben a todos si queremos que nuestro mundo cambie y sea un mejor lugar para nosotros y las generaciones futuras. Podemos:
 Crear conciencia y proveer información acerca de la leucemia y de la importancia de incrementar el registro de donadores de medula ósea.
 Establecer un fondo para ayudar a misioneros jóvenes para que se preparen para que puedan llegar a naciones y grupos no alcanzados.
 Luchar porque en escuelas e instituciones existan los ambientes adecuados, seguros, productivos para que los niños y jóvenes puedan desarrollar todo su potencial.
 Facilitar medios para que prevalezca el núcleo familiar y se estrechen las relaciones padres/hijos.
 Tener en mente las dificultades que surgen en el proceso de aculturación, cuando somos trasplantados de una cultura a otra.
Estas son solo unas pocas ideas de las cosas que podemos hacer para mantener viva, vibrante y positiva la memoria de Gabrielito y también cumplir con el mandato de amar a nuestro prójimo, pero hay otras que tal vez tu puedas captar al leer las notas en el sitio de Gabriel. Mándame tus ideas, comentarios y tus anécdotas y recuerdos sobre Gabriel, Gracias, y que Dios te bendiga. “Nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad.” Lamentaciones 3:22-23

Con mucho amor, Tía Silvia (Tía Mona)

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